viernes, 13 de agosto de 2010

Relato de un verano aburrido (11ª Entrega)

¡AL MONTE!

Por fin estaban todos listos para partir. Habían decidido acampar al lado del río y subir a la ermita. Morticia les había dado un mapa y explicado que había un pequeño camino, que partía de la Font del Ofegat, que subía hasta ella. No sabía en qué condiciones se encontraba, pero algunos huéspedes habían subido alguna vez. No tenía muchas esperanzas en ellos, no los veía muy preparados para el monte. Pero tenían algo que le hacía tenerles algo de... no sabía bien cómo definirlo. ¿Aprecio? No, desde luego que esa no era la palabra, nunca había sentido eso por nadie, pero le parecía que actuaban con naturalidad, era evidente que lo que hacían y decían era tal como lo sentían. La mayoría de ellos tenían algo de patéticos pero no disimulaban. Además, les había pasado cosas que le hizo romper un poco la rutina de costumbre. Desde luego que el episodio del desmayo del alto con la nariz grande fue algo peculiar, pero con lo del picotazo de abeja en las partes del hombre de la barba, incluso se lo había pasado bien, que cara puso el pobre cuando vio la navaja.

Por aquella masía había pasado mucha gente y había aprendido a catalogarlos según cómo veía que se desenvolvían y hablaban. Ella se resignaba a tener que aguantar a la gente, no le quedaba otra y había conseguido tener una actitud totalmente aséptica. Ella se dedicaba exclusivamente a hacer su trabajo y su relación con la gente era de profesional-cliente, en parte porque la mayoría era una pandilla de gilipollas que no se merecían el más mínimo interés por su parte. Pero si había algo que a Morticia no le gustaba nada era las falsas apariencias y la hipocresía y no soportaba a los que iban allí dándoselas y pregonando lo que no eran.

Durante los años que llevaba recibiendo huéspedes, había visto y oído de todo y no porque fuera chafardera, que a ella las cosas de los demás le importaba muy poco, pero cuando estaba en la cocina no podía evitar oír las conversaciones de la gente, algunos incluso se lo explicaban directamente. Había algunos que se creían que por ser ella de campo y vivir en la montaña, era “uno de ellos”. Maldito sea lo que le importaba a ella lo que le contaban. La mayoría de huéspedes se declaraban amantes de la naturaleza y eran los que iban con sus todoterrenos destrozando todo y salían disparados cuando descubrían que no había cobertura ni conexión güifi, que no tenía ni idea qué coño era aquello.

Morticia daba una impresión de mujer mayor sin muchos estudios, más bien ninguno, apenas sabía leer y escribir, pero su mente era muy lúcida. Cierto que la mayor parte de su vida había vivido aislada, primero en Venezuela, luego en Galicia y ahora allí, pero eso no le impedía conocer muy bien a la gente.

Le reventaba, por ejemplo, los que decían que eran defensores de los animales mientras se comían un bistec de ternera acompañado de un plato de jamón y paté de oca y luego, cuando se iban, sacaban su cartera de piel para pagar.

Había otros que estaban por la abolición de los parques zoológicos porque los animales debían vivir en libertad, en su entorno natural y lo decían después de haber explicado que en su casa tenía un husky siberiano, dos gatos, un periquito y una tortuga porque, según ellos, les gustaban mucho los animales.

A otro tipo de amantes de la naturaleza que tampoco entendía, era aquellos que se indignaban porque no se cerraba de una vez las centrales nucleares y luego en sus casas querían tener un montón de aparatos eléctricos enchufados. Sobre el papel era muy bonito defender la energía limpia y renovable, no agresiva con el medio ambiente y las personas, oía que decían ellos. Pero una cosa era el mundo ideal y otra el mundo real. Pero, estos mismos, eran los que luego iban a luchar para evitar que se instalase esos aerogeneradores en algunos parajes porque, según ellos, estropeaban el entorno natural. Como los que fueron al pueblo cercano cuando instalaron aquellos grandes molinos allí. Cuando la verdad es que la mayoría de los habitantes del pueblo estaban entusiasmados porque aquello les suponía una inyección económica que les podía permitir vivir mejor, que el paisaje es muy bonito, pero a ellos también les gustaba vivir como esos forasteros que iban a protestar y que, además, no tenían ni idea de lo que era vivir en un sitio como aquel.

Salieron muy animados. Jorge se había puesto los pantalones más amplios que había traído y, con algo de molestias, podía caminar más o menos bien. Marysun encima de la crema hidratante y del protector solar, se roció con una loción repelente de mosquitos. Cogieron el camino que según Morticia iba a parar al río. Era llano, cruzaba el valle y se dirigía al bosque por su parte más cercana. Desde donde se encontraban ahora, a lo lejos, en lo alto de una loma, se veía lo que parecía que era la ermita. La montaña no tenía apariencia de ser muy alta y no parecía muy complicado subir hasta ella.

A los lados del camino se extendían grandes campos de pasto que se usaba como forraje para las vacas. Había algunos árboles frutales y almendros que usaban los pájaros que por allí volaban para posarse. Hacía un buen día y las nubes grandes y blancas los animó bastante. Sólo los mosquitos y demás insectos voladores rompían la armonía. Su principal víctima era Marysun, que les atraía irresistiblemente por la cantidad de crema que se había puesto encima. Algunos incluso se quedaron pegados a su piel. En cuanto llegase a casa se iba directa a reclamar que el repelente no repelía nada, al contrario.

Iban haciendo fotos y charlando animadamente, cada uno a su paso y pronto empezaron a formarse pequeños grupos. El Jefe y AlbertoJendrix iban en vanguardia, eran los que menos atraídos se sentían por el entorno, tanto monte les agobiaba. El grupo de las mujeres era el más numeroso, iban juntas y hablando de sus cosas. Albert pendiente de Jan, que como había cargado las pilas estaba en plena actividad. Detrás del todo iban Martín y Jorge El Cacharros, que a partir de ahora sería simplemente El Cacharro, uno porque se paraba cada dos por tres a hacer fotos y el otro porque no podía seguir el paso de los demás debido a su incidente con la abeja kamikaze.

Ya estaban cerca del bosque y del río. Conforme se acercaban les pareció oír un extraño ruido procedente del lugar a donde se dirigían. Albertojendrix y El Jefe fueron los primeros en reconocerlo. ¡Hostias nen, Camela!, dijo el primero con cara de susto. Efectivamente, del río venía la melodía de Vivo por vivir. Los dos se quedaron horrorizados. Se acercaron con prudencia hasta que llegaron a los primeros árboles. Detrás de éstos se encontraba el río y la estampa que vieron ante ellos les dejó estupefactos.

8 comentarios:

  1. Y nos dejas con la miel en los labios,, uuyyy he mentado la miel, que nos lleva a las abejas, que nos lleva a .... pobre Jorge :-))))))

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  2. A todos estos amantes de los animales, que tienen todoterrenos y que alucinan cuando ven una gallina poner un huevo, les llamé hace unos años eco-pijos, que no creo que sea una definición original pero que creo que les va al pelo.

    Esta entrega se me ha hecho corta. El lunes me voy fuera una semana o sea que podrías enrrollarte y entre hoy y mañana, publicar doble. Je je

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  3. Lo haces para las futuras series televisivas :-) , por que tiene toda la pinta y como dijo FANCALO nosotros con la miel en la boca, perdona Jorge por acabar oensando en ti, jijijiji !!!!

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  4. Menos mal que antes de irme he podido leer otra entrega, que es una oda a la ecologia con más razones que un santo.
    Es normal que Morticia coja afecto a esa Banda tan natural, espontánea y sincera, que actúa sin falsedad y destilando amistad entre ellos.
    Bueno, ahora sí creo que no leeré más, si no lo remedias en unas horas Antolin, hasta dentro de un par de semanas.

    Muchas gracias a Fancalo por desearme unas buenas vacaciones.

    Un abrazo a todos los seguidores, a los que conozco en persona y a los que no también.

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  5. Ricard, si publico doble se acaba, ya queda poco.

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  6. Pues menos me pierdo durante las vacaciones, es lo único bueno que le veo a que quede poco.

    Salu2 X To2

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  7. Perdón, no me había dado cuenta de que tenía comentarios son moderar.

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